Aun que al principio de la pandemia pareciera que el número de contagios era mayor en los adultos, los niños también pueden ser infectados por el virus que causa el COVID-19 y sufrir las complicaciones que este conlleva. De acuerdo con el análisis epidemiológico en niños y adolescentes que emitió la Dirección de Información Epidemiológica del Gobierno Federal, la infección por SARS-CoV-2 parece afectar a los niños y las niñas de manera menos frecuente y menos severa que a los adultos.
Los niños y los adultos suelen experimenta síntomas similares, pero los síntomas de los niños tienden a ser leves y parecidos a los del resfriado, por ejemplo:
- Fiebre o escalofríos
- Congestión nasal o goteo de la nariz
- Tos
- Dolor de garganta
- Falta de aliento
- Fatiga
- Dolor de cabeza
- Dolores musculares o de cuerpo
- Nauseas o vómito
- Diarrea
- Falta de apetito
- Perdida del sentido del gusto o del olfato
Se esta investigando una afección rara pero grave asociada al COVID-19 en niños y niñas denominada síndrome inflamatoria multisistémico (MIS-C). Este síndrome es una afección grave en la que se inflaman mucho algunas partes del cuerpo como el corazón, los pulmones, los vasos sanguíneos, los riñones, el aparato digestivo, el cerebro, la piel o los ojos.
- Vacunarse. Las vacunas reducen el riesgo de contagiarse y transmitir la enfermedad
- Usar cubrebocas. Todas las personas que tengan más de 2 años deben usar mascarilla en lugares públicos cerrados.
- Mantener las manos limpias. Es recomendable lavarse las manos con frecuencia con agua y jabón por lo menos por 20 segundos o usar gel antibacterial.
- Hacer uso del distanciamiento social. Evitar el contacto cercano con cualquier persona que no viva en el hogar del niño, con 2 metros de distancia es suficiente.
- Limpiar y desinfectar la casa. Es importante limpiar con regularidad las superficies y los objetos que se tocan con frecuencia y después de recibir visitas en casa.
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