¿COVID-19 acrecentando la contaminación ambiental?
Emisiones de CO2
A comienzos de la pandemia por la que la humanidad se encuentra en estos momentos, muchos creyeron que la misma pandemia afectaría a de manera positiva al medio ambiente, esto debido a que las emisiones diarias de CO2 se redujeron. Incluso que las emisiones anuales en 2020 serían las más bajas desde el final de la II Guerra Mundial.
Según el reporte anual sobre la brecha de emisiones de la agencia, a pesar de que la crisis del COVID=19 ralentizó temporalmente la emisión de dióxido de carbono a la atmósfera en 2020, el mundo todavía está en camino a un aumento catastrófico de temperatura superior a los 3 grados centígrados sobre los niveles preindustriales para este siglo.
Así, la crisis de la COVID-19 solo ha desencadenado la disminución a corto plazo de las emisiones mundiales y no supondrá una contribución de peso a la reducción de las emisiones para el 2030 a menos que los países aspiren a una recuperación económica que incluya una descarbonización enérgica.
Las emisiones mundiales de dióxido de carbono relacionadas con la energía aumentaron un 6 % en 2021, hasta alcanzar los 36 300 millones de toneladas, su nivel más alto de la historia, ya que la economía mundial se recuperó con fuerza de la crisis de COVID-19 y dependió en gran medida del carbón para impulsar ese crecimiento, según un nuevo análisis de la Agencia Internacional de la Energía (AIE)
El aumento de las emisiones mundiales de CO2, de más de 2 000 millones de toneladas, fue el mayor de la historia en términos absolutos, y compensó con creces el descenso inducido por la pandemia del año anterior, según el análisis de la AIE. La recuperación de la demanda de energía en 2021 se vio agravada por las condiciones adversas del clima y del mercado de la energía -sobre todo los picos de los precios del gas natural-, que hicieron que se quemara más carbón a pesar de que la generación de energía renovable registró el mayor crecimiento de su historia.
Uso exagerado de plástico durante la pandemia.
Desde el 2020 el uso de plásticos se ha disparado de manera asombrosa, no solo miles de millones de mascarillas, pero también guantes, desechos médicos y empaques de comida para llevar. Su aumento ha sido tal que los sistemas de reciclaje han colapsado en algunos países. Si no se toman medidas, más del 70% de este plástico terminará tirado en océanos y vertederos, y hasta un 12% será quemado causando contaminación y enfermedad en las zonas más vulnerables del planeta.
Los expertos indican que, hasta la fecha, no se han publicado muchos estudios revisados por pares sobre los impactos de la pandemia en el consumo de plásticos, pero la limitada investigación realizada apunta a un aumento en el consumo y eliminación de plástico y materiales médicos, y graves interrupciones de procesos de reciclaje ya defectuosos. Los problemas se han acentuado aún más por los precios del petróleo históricamente bajos que hicieron que las resinas vírgenes para fabricar plástico fueran más baratas que las recicladas.
Además, la pandemia podría revertir cualquier progreso realizado en la reducción del consumo de plástico de un solo uso, con un aumento asombroso en el uso de desechables como mascarillas y protectores faciales, guantes, botellas de desinfectante para manos, trajes médicos protectores, kits de prueba, recipientes para llevar comida, empaques de entrega y muchos otros productos que se han vuelto omnipresentes.
Autor: Jaén Carmona Alí